From Obligation to Devotion

04-04-2021Weekly ReflectionFr. John Sims Baker

Bishop Spalding has lifted the dispensation from the obligation to assist at Mass on Sundays and Holy Days of Obligation. It is fitting that it comes at Easter because every Sunday is a little Easter. And Easter is the very heart of our faith. Without the suffering, death, and resurrection of Jesus, we would be condemned to bear the evils of this world and face death without hope. We do not like to think about what life would be like without Jesus, but it would be a hopeless struggle of the survival of the fittest, ending in death for all. But because Jesus has conquered sin and death by embracing suffering and death, He has opened a way for us all no matter the struggles we face. The evils of this world become the steps that can lead us to union with Jesus now and forever. How amazing is our God to bring life from death?

Let's begin right now! There is no stopping us from turning everything into a blessing. But we can only do it "through Him, with Him, and in Him." We hear these words in the very heart of the Mass at the end of the Eucharistic Prayer when the the bread and wine have become the Body and Blood, Soul and Divinity of Jesus. The Mass is thus our life! Why would we ever stay away?

Faithfully,
Fr. Baker

El obispo Spalding ha levantado la dispensa de la obligación de asistir a la Misa los domingos y días de precepto. Conviene que llegue en Semana Santa porque todos los domingos es una pequeña Pascua. Y la Pascua es el corazón mismo de nuestra fe. Sin el sufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesús, estaríamos condenados a soportar los males de este mundo y enfrentar la muerte sin esperanza. No nos gusta pensar en cómo sería la vida sin Jesús, pero sería una lucha desesperada por la supervivencia del más apto, que terminaría en la muerte de todos. Pero debido a que Jesús ha vencido el pecado y la muerte al abrazar el sufrimiento y la muerte, nos ha abierto un camino sin importar las luchas que enfrentemos. Los males de este mundo se convierten en los pasos que pueden llevarnos a la unión con Jesús ahora y para siempre. ¿Cuán asombroso es nuestro Dios para traer vida de la muerte?

¡Empecemos ahora mismo! No hay nada que nos impida convertir todo en una bendición. Pero solo podemos hacerlo "a través de Él, con Él y en Él". Escuchamos estas palabras en el corazón mismo de la Misa al final de la Plegaria Eucarística cuando el pan y el vino se han convertido en el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesús. ¡La Misa es, pues, nuestra vida! ¿Por qué nos mantendríamos alejados?

Fielmente,
El p. Baker

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