More on Change

02-10-2019Weekly ReflectionFr. John Sims Baker

Some changes simply happen, and we adjust accordingly. This is the sort of change we have been dealing with for the last couple of weeks, and I think we are managing our new situation well.

There are also planned changes, and I want to talk about one of these today. In the current building, St. Rose has never had a designated place for confessions. Our confessional now, if you can call it that, is really our parish library, which is also a pass-through from the church to the meeting room wing. It is far from an ideal situation for the privacy needed for this sacrament. The space is also hot in the summer and cold in the winter. When more than one priest is hearing confessions, the situation is even more of a stretch. Last weekend, for example, I set up an additional confessional in the cry room, which is "sub-optimal," to say the least! As far as sacred space goes, we need designated confessionals more than anything else.

I challenge you to look around our church and find a worthy space for hearing confessions! After a lot of thinking and consultation, including with an architect, I have concluded that the only space we have is the cry room. This space can be reconfigured into two proper confessionals that are worthy of the sacrament, as well as being private and accessible. The space will be a reconciliation chapel, so to speak. As we come closer to implementation, more detailed views will be available. There will also be room in the rear of the area for a servers' vesting area to give more space in the sacristy, which is also quite crowded and too hectic just before Mass.

This change will come with the loss of the cry room space. Fortunately, we have an ample vestibule with glass walls into the church, accessibility to the bathrooms, and sound from the church. This configuration for the needs of families with children who might need a short break from Mass seems to be the way many Catholic churches are headed these days. Children, of course, are a part of the community and should be welcomed as they grow into their roles in the Mystical Body of Christ. Sometimes they may need a break, but they are our brothers and sisters and belong to the community and are welcome within it.

There is also much to be gained! This will be an area -- really a chapel of reconciliation and penance -- more fitting for this sacrament in many ways.

Faithfully,
Fr. Baker

Más sobre el Cambio

Algunos cambios simplemente suceden, y nos ajustamos conformemente. Este es el tipo de cambio que hemos tenido durante las últimas semanas, y creo que estamos manejando bien nuestra nueva situación.

También hay cambios planificados, y quiero hablar sobre uno de estos hoy. En la Iglesia, Santa Rosa nunca ha tenido un lugar designado para confesiones. Nuestro confesionario ahora, si se puede llamar así, es realmente nuestra biblioteca parroquial, que también es un pase de la iglesia a el pasillo de reuniones. Está lejos de ser una situación ideal para la privacidad necesaria para este sacramento. El espacio también es caluroso en verano y frío en invierno. Cuando más de un sacerdote escucha confesiones, la situación es aún más difícil. El fin de semana pasado, por ejemplo, instalé un confesionario adicional en el cuarto para niños inquietos, que es muy inadecuado para no decir más. En lo que respecta al espacio sagrado, necesitamos confesionarios designados más que cualquier otra cosa.

¡Les reto a mirar alrededor de nuestra iglesia y encontrar un espacio digno para escuchar confesiones! Después de mucho pensar y consultar, incluso con un arquitecto, he llegado a la conclusión de que el único espacio que tenemos es el cuarto niños. Este espacio se puede reconfigurar en dos confesionarios adecuados que sean dignas de este sacramento, y que, además, sean privados y accesibles. El espacio será una capilla de reconciliación, por así decirlo. A medida que nos acerquemos a la implementación, habrá más detalles sobre este punto. También habrá espacio en la parte trasera del área para el uso de los servidores y así poder tener más espacio en la sacristía, que también es bastante concurrida y demasiado agitada justo antes de la misa.

Este cambio vendrá con la pérdida del cuarto de los niños. Afortunadamente, tenemos un amplio vestíbulo con paredes de vidrio en la iglesia, acceso a los baños y sonido de la iglesia. Este espacio puede servir para las necesidades de las familias con niños que podrían necesitar un breve descanso de la misa o que estén inquietos, así pueden salir al vestíbulo y no perder ni un momento de participación en la santa misa. Parece ser la forma en que se dirigen muchas iglesias católicas en estos días. Los niños, por supuesto, son parte de la comunidad y deben ser bienvenidos a medida que crecen en sus roles en el Cuerpo Místico de Cristo. Algunas veces pueden necesitar un descanso, pero son nuestros hermanos y hermanas, pertenecen a la comunidad y son bienvenidos dentro de ella.

¡También hay mucho que ganar! Esta será un área, en realidad, una capilla de reconciliación y penitencia, más apropiada de muchas maneras para este sacramento.

Fielmente,
el P. Baker

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